sábado, 12 de noviembre de 2016

Te recuerdo.


Te recuerdo.

Y pienso en todos los momentos que pasamos.

Fueron pocos pero los llevo en el corazón. Aún recuerdo nuestras risas, nuestros intentos de baile, las comidas, las desveladas platicando hasta el amanecer, la música, y tantos secretos confesados.

Éramos tan iguales ¿sabes?

Nuestras personalidades rimaban y se complementaban, y yo te quería. Y me querías, lo sabía, lo sentía y aún puedo afirmar que el cariño es mutuo.

Ha pasado el tiempo, y hemos cambiado, nos separamos y cada quien siguió un camino diferente, cumpliendo metas, cumpliendo sueños, soñando aún más; no me arrepiento de nada porque sé que todo lo que vivimos fue bonito, se queda como un gran recuerdo, eres y serás siempre un gran amigo, una gran persona y alguien demasiado importante para mí. Me enseñaste el valor de tantas cosas, de lo simple, de una verdadera amistad, de una risa, de un momento, me enseñaste como querer a alguien sin mentiras y siendo transparente, como debe de ser.

Hoy te digo que te extraño, y que te quiero, y que sé que cuando te vea me dará gusto, y sé que aunque nos hayamos alejado, de alguna manera sabemos que estamos aquí y que el día que necesitemos del otro, estaremos.


Los verdaderos amigos, los ángeles y las estrellas, son para siempre, no sólo un rato.


Débora

lunes, 7 de noviembre de 2016

La mejor de todas.

Cuando me dijeron que te ibas recuerdo aún el dolor de mi corazón.

No quería creerlo, quería que me dijeran que era una mala broma, un chiste, pero NO, la realidad era esa, tú ya no estabas, y yo me quedaba con el alma hecha pedazos, queriendo volver a verte aunque fuera una vez más.

Han pasado los años y tu imagen sigue en mí como sí hubiese sido ayer la última vez que nos miramos. Eras mi ángel en la tierra, y creí que siempre estarías a mi lado, y ¿sabes? tal vez soné egoísta pero te quería aquí. No pudiste más y tuviste que partir. Jamás había pensado que tus alas te las iban a regresar, te tocaba volar.

Nos dejaste a todos con un gran vacío pero con grandes lecciones.

Fuiste la mejor. LA MEJOR DE TODAS las abuelas.

La mejor, y más bonita, la más comprensiva y la que más nos consentía.
No sabes cuánto dolor tuvimos aquel día, aquel frío día de febrero.
Mi mamá moría por ti, y lo sabes, y sé que te extraña como loca, como sé la extrañaría yo a ella.
Pero estamos bien, lo hemos estado, y hemos sabido estar sin ti, más no significa que no te dejemos de extrañar, siempre en cada momento estás tú, y siempre cada persona que me conozca sabrá de ti.
Hubiera dado todo lo que tenía para que te quedaras unos años, soñaba con que conocieras a mi primer hijo, y sé que desde donde estás tú estás feliz por mí, sé que sabes todo, cada suceso de mi vida, y que cada logro y triunfo también es tuyo.

Te amo.

Débora.