martes, 21 de febrero de 2017

Lo merezco.

Hace un tiempo escribí sobre el hombre que merecía, sobre alguien que fuera capaz no de cumplir mis antojos y expectativas, sino capaz de compartir mi felicidad y su felicidad juntos.
Hoy después de un tiempo sigo pensando que lo que merezco está claro y no debería de aceptar menos.

Tengo un hombre a mi lado que me complementa, que me guía, que me apoya y que de alguna manera es mi hombro y mi sostén cuando más lo he necesitado; es poco el tiempo juntos, pero también sé que el tiempo es relativo y que lo que siento por él es mucho más fuerte que cualquier otro sentimiento que pude tener en el pasado.
No lo quiero, LO AMO, porque en este tiempo me ha enseñado el verdadero significado de la palabra AMOR, porque me ha hecho sentirlo, y apreciar más que nunca esa libertad que tenemos de poder amar.

Lo merezco porque me enseña a ser auténtica, a ser yo.

Lo merezco a él porque me ha apoyado en todas y cada una de mis decisiones, porque sé que día con día hace lo mejor por él y por mí, porque me quiere, me ama y me respeta, y sé que aunque no lo diga daría todo por verme feliz.

Él no es perfecto y es por eso que lo merezco, porque con cada uno de sus defectos me va enseñando que de eso se trata, de ver más allá de sus imperfecciones, de complementar cada defecto, de mejorar, de avanzar.

Suena loco hacer planes o visualizar un futuro que tenemos incierto, pero cuando sientes algo tan verdadero no hay temor de pensar en un futuro sin él, porque a donde vaya voy, y en donde esté yo estoy.
Lo merezco y me merece, porque nos hemos demostrado que al final del día, al final de la rutina y problemas que puedan existir, siempre será él. 

Débora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario