martes, 4 de octubre de 2016

Para él.

Cuando lo conocí ya en mi mente comenzaba a imaginar días con él.

Lo sé, sí él lo hubiera sabido hubiese huido de mí, y no podría haberlo culpado.

Pero se quedó. Conociendo mis defectos y queriendo mis virtudes, lo hizo.

Y sé que le gusta mi manera de ser.

Ama lo mucho que hablo, y a la vez le desespera también. Soy igual a él y no lo admite, y me gusta.
Le gusta que sea cariñosa aunque diga que le hago cosquillas.
Me encanta que se ría, que me haga reír y que todo el tiempo esté feliz, que sea feliz.
Digo, antes de conocernos lo éramos, hoy podemos compartirla juntos.
Lo quiero. Lo voy queriendo, porque lo que siento se va construyendo todavía.
No digo que pueda ser eterno, sin embargo me gusta lo que voy sintiendo y de alguna manera lo quiero a mi lado.
Hoy y mañana también, lo quiero aquí y no me cuesta nada imaginar que sería de mi futuro a su lado.
Me gusta compartir gustos con él, me gusta que me platique, que me cuente, que me enseñe cosas que no sé.

Me gusta que me rete, y me gusta extrañarlo también.
Me encanta su manera de besar y sobre todo cuando me abraza, cuando su brazo rodea mi cintura y me hace sentir la mujer más segura del planeta, y sí, lo soy. A su lado, nada podría lastimarme, a su lado me siento completa.

Podría morir en este preciso momento, estoy feliz, soy feliz, y no había sido tanto como lo estoy ahora.


Débora.

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